A Fernando Romero le gusta mezclar las figuras con un paisaje que no existe. La pintura está depositada, arrastrada, aguada o espesada en el lienzo para crear una sugerente atmósfera que nos invita a reflexionar sobre la relación de los personajes y su entorno. Es la realidad de un momento íntimo donde el espectador también puede participar… es una excusa perfecta para pensar en todo lo que está más allá de nuestra comprensión.

Esta colección ha sido íntegramente creada durante/ para/ bajo/ ante/ por/ sobre el confinamiento, para mostrar lo que se puede (y lo que no siempre se debe) hacer cuando se está sol@ con un@ mism@; y como siempre, se ha hecho para crear una peripecia (suceso que afecta a una persona y que altera o rompe el transcurso o la continuidad de una acción) en la mente de quien vea estas obras.